Soy un especulador,
observo tranquilo en la sombra,
cual francotirador de un solo tiro,
silencioso y preciso.
Mi trabajo empezó,
mucho antes de estar en este sitio.
Ya conecté mi alma con el cuerpo,
mi respiración es un solo latido.
Ya planifiqué donde pongo mi mira
y donde tengo la huida.
Mi trabajo es vigilar
sin cansarme en la espera.
Mi mente se mantiene clara, limpia y concisa,
truene, haga calor o llueva.
Yo soy una roca en medio de la tempestad:
dura, inquebrantable e inamovible.
Yo soy un junco en medio de la brisa:
suave, rapido y flexible.
Al acechar mi objetivo,
no mantengo prejuicio,
de por donde aparecerá el destino.
Siempre hay un camino,
pero yo soy el camino.
Siempre hay un pecado,
pero yo soy la virtud.
A la hora de la suerte suprema,
es hielo lo que corre por mis venas,
y aún así, a la hora de matar: mato.
No pienso ni padezco,
no dudo, solo hago mi trabajo.
Disparo, recojo y vuelvo a la sombra.
Yo soy un especulador,
observo tranquilo en la sombra,
cual francotirador de un solo tiro,
silencioso y preciso.
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